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Júpiter, creadora de mundos

Nacida en Puertollano (Ciudad Real), pero con raíces valencianas, siempre fui una aficionada a la lectura. Las historias de los libros que con tanto ahínco devoraba, me ayudaron en mis momentos más complicados.

Amante de la romántica pluma de Austen y de los mágicos mundos de Rowling, siempre quise crear mi propia historia; sin embargo, no fue hasta el año 2020 cuando por fin me permití tomarme mi tiempo para crear las historias que revoloteaban por mi mente. Porque, a veces, eso es todo lo que necesitamos, tiempo para creer en nosotros mismos. 

                                                 «Escribe para sanar. Lee para soñar».

                                                                           Júpiter

                                                                        A mi yo del pasado

Sé que está siendo difícil. Sé que a veces piensas que todos los problemas que te rodean no pasarán, que marcarán tu futuro. ¿Y sabes una cosa? Puede que así sea, puede que nunca puedas olvidar, pero eso solo te hará más fuerte. Te volverás valiente, serás de hierro, al menos lo será tu armadura. También sé que te gusta refugiarte en las historias de tus libros para escapar de la realidad, de tu realidad. No dejes de hacerlo, empápate de la magia de Harry Potter, de la fortaleza de Katniss, de la valentía de Tris, enamórate del Sr. Darcy, sueña con los vampiros de Charlinne Harris, ríete con Don Quijote… No dejes de hacerlo, porque te aseguro que el camino al que te llevará te llenará de plenitud. Es posible que pienses que nunca podrás crear historias que ayuden a personas en tu misma situación, y ¿sabes una cosa? Lo harás. Escribirás. Ayudarás a que la gente sueñe. Cada palabra, cada gota de tinta, te irá sanando, hasta que no quede ni rastro del dolor.

 

Quizá por todos esos momentos de soledad, de llanto y de incomprensión siempre quisiste tener una mascota, un amigo de cuatro patas que estuviera contigo de manera incondicional, como solo un perro sabe hacerlo, de manera pura y sin prejuicios. Persiste en tus pataletas, porque solo cuando ese ser puro entre en tu vida y te mire a los ojos, sabrás lo que es sentir un amor que no entiende de defectos. Ese momento cambiará tu vida, tu manera de pensar e, incluso, de sentir. Además, gracias a él buscarás con anhelo esos momentos que serán tan solo para vosotros dos: los largos paseos por la naturaleza, los refrescantes baños en los ríos, el interés por el aroma de una simple flor, a la cual antes ignorabas. Él te ayudará a valorar realmente esas pequeñas-grandes cosas, a verlas.

 

Y, esos paseos, te llevarán a una de las más valiosas conclusiones que sacarás en tu vida: dedícate tiempo a ti, a lo que te hace feliz. Sé que te preocupas por todo lo que te rodea, que sufres ante la injusticia, y no te digo que mires hacia otro lado, pero debes aprender a ponerte a ti misma en primer lugar en ciertas situaciones. Debes mimarte, valorarte, mirarte al espejo y decir: sé que puedo hacerlo. Porque podrás.

 

Aunque en estos momentos lo ves como algo lejano, sé que la idea de tener un hogar, tu propio hogar, solo tuyo, de nadie más, tu fortaleza, ronda tu cabeza desde la infancia, que incluso dibujas cómo sería tu casa ideal. No desesperes. Quizá las cosas no sean como esperas, ni sucedan cuando tú habías previsto, pero recuerda algo: todo el esfuerzo tiene su recompensa, y tú llevas toda la vida esforzándote, por lo que la recompensa valdrá la pena.

 

Quiere a los demás, pero, sobre todo, quiérete a ti misma.